sábado, 16 de febrero de 2008

El secreto del fuego

Título: El secreto del fuego
Autor: Henning Mankell
Editorial: Siruela

En Mozambique se sitúa esta conmovedora historia. Henning Mankell se encarga de, con una elegancia y una sencillez impecables, narrar la historia de una niña "indestructible". Sofía pisa una mina antipersona y sobrevive. No quiero desvelar nada más al lector para que descubra por su propia cuenta los sentimientos que transmite el libro.
10/10 es su merecida nota.

Tiempo

Camino entre las aguas
en putrefacción,
acción, noción
de un tiempo que se quema,
se consume se lo llevan.
Lagunas de vergüenza,
la paz,
que es la inocencia,
paciencia, mentiras
que caen sobre los pobres,
verdades que hieren,
que hunden sus colmillos
el jabato muere.
Economía,
dinero,
el espíritu del tiempo
lento, que se compra
no se vende,
duende que funde
pesetas, euros,
liras, dólares de tiempo
maltratado, hecho polvo,
acusado, ya está usado.
Pues el tiempo
que se expande
y se comprime,
se imprime, que no rime
con el dinero negro,
fuego, ego,
todos al agujero.
Un pozo que no acaba
macabra,
la puerta que se abra
cadabra, de un tiempo
de magia, nostalgia
de falsa democracia…
Pero ahí sigue,
impasible,
el tiempo.

2046


¿Cómo será el mundo en 2046? ¿Un pequño astro encerrado entre las rejas de la contaminación? ¿Un lugar donde existen guerras por dinero? ¿Un lugar desértico donde no habrá casi especies animales, que desaparecen a un ritmo desmesurado? ¿Un lugar donde la oscuridad reinará sobre los pobres? ¿Un mundo sólo para unos ricos y ningún pobre? ¿Un mundo lleno de enfermedades y plagas que destruirán todo resto de vida humana? ¿Habremos, los humanos, podido frenar la grave hemorragia que sufre la Tierra por culpa de la contaminación, la pobreza, el hambre, la desertización... en 2046? Espero que sí, para que mis hijos y los hijos de mis hijos puedan vivir en un mundo más justo que el que vivimos ahora.

sábado, 9 de febrero de 2008

Rap

-¿Que ves,
una rana con la cara del revés?
-Pues no, te veo
(tan feo)
a ti.
-Como te atreves a decir
cosas tan fuertes contra mí.
-Pues que así va el mundo…
-Como no pares de hablar te vas a quedar mudo.
-¿Cuándo va a suceder?,
tal vez…
-…esta mañana, cuando tu estés en la cama.
Te arrepentirás de haber hablado tanto,
todo el día ahí trotando.
-Así soy yo:
soy maquinaria
averiada
sin ton ni son.
Pues doy por acabada
la conversación:
adiós.
-Adiós.

viernes, 8 de febrero de 2008

Diario de una Empusa pennata V

26 DE JULIO

Un mirlo, un mirlo en aquel árbol… Una sombra negra que nos mira.
-Hay que tener vista, Rosta…-susurré.
-Díselo a Migui, el fue quien vio al Mirlo-me respondió. Migui no era la primera vez que veía a un mirlo, una vez lo vio y se salvó por los pelos: el estaba a punto de cazar una mosca regordeta cuando un mirlo le arrebató casi la mosca de las patas prensoras y el se quedó enganchado a su ala negra como la noche. Se dejó caer y estiró sus extremidades tanto como pudo para planear. El vivía más o menos a 50 metros de estos matorrales y como ese día hacia viento llegó hasta aquí impulsado por el mismo.

Estábamos mirando al mirlo. El mirlo nos miraba. Atacó. Se dirigía hacia nosotros a una gran velocidad; no nos movimos hasta que Migui grito:
-¡Al suelo!-me tiré al suelo, pero Rosta no se inmutaba, embobada; salté hacia ella por encima de Migui y la arrojé al suelo. El pico se enredo en la vegetación. El cuerpo del ave rodó levantando nubes de polvo marrón a su paso. Rodó hasta que encontró un cardo en su camino, de un violento aleteo izó el vuelo no sin desgarrarse las alas. Se posó en una rama del árbol, nos miró en tono ofendido, pero sobre todo rabioso.
-Detrás de la piedra,-nos dijo Migui-así cuando ataque se romperá el pico.
El mirlo planeó hacia tierra. Dio saltos hacia nosotros y…
-¡A correr!-corrimos, pero de un gran salto se nos puso delante.
Nos pasamos unos instantes mirándonos. Se me ocurrió una idea:
-Hagamos un amago de huir cuando se disponga a atacarnos nos dirigimos al zarzal.-susurré.
Así lo hicimos. Cuando llegamos al zarzal el mirlo nos lanzó un picotazo. El pico se cerró alrededor de un punzante trozo de zarza. Silencio. El pájaro se sacudió enérgicamente y todo aquel matorral se desprendió cayendo encima del mirlo, batió las alas hasta que le quedaron completamente inmovilizadas.
-¿Está muerto?- Preguntó Migui, una pequeña empusa.
-No.-respondí- Mírale los ojos.
Migui miró y vió unos ojos que miraban con rabia, negros, aunque parecían rojos ya que estaban cubiertos por la sangre del mirlo…

jueves, 7 de febrero de 2008

El manuscrito

Mordic enseguida se dio cuenta del mal estado del manuscrito. Unas curiosas manchas negras impedían leer el texto, escondió el pergamino en su túnica. Salió de la biblioteca sin llamar la atención, nadie podía saber que buscaba información sobre dragones, ahora que tenía un dragón nadie se lo podría arrebatar y con su ayuda crearía oro, más oro y más oro, se haría rico y sería rey, Sir Mordensen I un nombre bello, según él. Enseguida se controló, de vez en cuando sufría ataques de ansiedad. Se encerró en su choza a descifrar el texto:

Las crías de dragón no pueden sobrevivir si su madre muere. Pues, tal como demostró Sir Bórealt, la cría necesita para vivir una energía que sólo la puede transmitir la madre, por eso, cuanto más grande es la cría, más débil se siente la madre a causa de su pérdida de energía. Sólo hay una manera de sustituirla en caso de que la madre muera, según Sir Bórealt. Para eso, hay que crear una fuente de energía continua. Para lograrlo se ha de obrar de la siguiente manera: se coge un recipiente de cristal en forma de botella, se llena de agua una cuarta parte del mismo y en el agua se deposita una nuez de tres costados, pasarán tres meses para que de la nuez salga una planta y tres meses más para que salga una flor azul que impregnara el bote de energía. El bote se debe depositar a pocos metros del dragón…

domingo, 3 de febrero de 2008

Rendirse o no rendirse

Seguramente, muchos de los que sabéis jugar a ajedrez diréis que con las piezas que están colocadas en el tablero no os rendiríais nunca, ¿pero, quién se rendiría siendo blancas y teniendo estas fichas: 5 peones, una dama, una torre y el rey contra unas negras que sólo tienen 6 peones, un alfil, una torre y el rey? Yo mismo si estuviera en una partida ante semejante situación, porque ¡lo que decide una partida no son las piezas que tengas, sino dónde están colocadas! Estudiad esa posición y lo entenderéis.
A primera vista parece tener una fácil solución: Df3 si después se responde f1(D)+? T×f1 d×f1(D)+ D×f1 un final igualado algo más decantado hacia las blancas. Después de Df3 hay otras dos contestaciones que se decantan a las negras: e×d1(D)+ D×d1 Tf8!
Sin esperanza para las blancas g3 f1(D)+ D×f1 T×f1+ Rg2 d1(D) es para rendirse. Pero para ganar sin tantas complicaciones después de Df3 se juega al mate directo: e1(D)+! T×e1 d×e1(D)++ (o bien torre). Con los otros movimientos de dama aun se pierde más rápidamente, movamos los peones: g3? e×d1(D)+ Rg2 f1(D)++ solo h3 se puede uno salvar de un mate directo: h3 e×d1(D)+ Rh2 f1(D) es también para rendirse.

Macho y hembra


Conforme han ido creciendo, en mis phylliums se han comenzado a notar grandes diferencias entre los dos sexos. Al contrario de las mantis, que prácticamente solo se diferencian por el tamaño, las antenas y el abdomen, en mis phylliums se aprecian grandes diferencias en lo que creo que es el macho y la que creo que es la hembra, porque todavía no lo sé. Son las siguientes:
El (supuesto) macho (derecha) tiene antenas mucho más largas que las hembras, son, al menos en esta foto, más pequeños, tienen las patas más largas, ágiles y con menos "ornamentos" (es como llamo a esa parte que se expande alrededor de las patas), y por último la parte final del abdomen que en el macho es así: ^, y en las hembras es así: }.