domingo, 15 de marzo de 2009

Visita a un entomólogo


Hace unos días visité la casa de un amigo mío que es entomólogo y, en un cuarto bien pequeñito, estaba lo más interesante que hubiera podido encontrar en su casa. Todos los insectos recopilados en muchos años de trabajo por Tomás y su mujer, reposaban, bien clasificados, en tres estanterías llenas de cajas. Tomás se dedica al estudio de una clase de escarabajo que vive, en la mayoría de casos, bajo las cortezas de las árboles. En este orden hay especies que ni siquiera llegan al milímetro, pero para distinguir su sexo y su especie, hay que extraerles el órgano reproductor del abdomen: una faena de microscopio y paciencia.

Tomás me enseña unas cajas repletas de escarabajos y otras especies de insectos que ha recogido a lo largo de sus viajes. Cada insecto tiene una historia detrás. Escucharla de la boca de quien lo capturó es fantástico. En unas cuantas cajas reposan las mariposas, recolectadas en viajes por todo el mundo. Bajo la luz de la bombilla destacan los penetrantes colores vivos de las que un día fueron grandes joyas vivas de la naturaleza. Hasta mariposas de alas transparentes se pueden encontrar.

Pero el orgullo de Tomás son muchas de las piezas que consiguió en un viaje a Costa Rica. Casi diez cajas repletas de escarabajos plateados, dorados, de largas patas y antenas, escarabajos gigantes, negros y un largo etcétera.

En la foto una caja donde destacan los increíbles, tanto por tamaño como por belleza, coleóptreros que se encuentran (el escarabajo gigante, Tomás lo encontró cerca de la piscina del hotel) en Costa Rica.

1 comentario:

Guillermo García-Saúco dijo...

lo que me hubiera gustado a mí tener un amigo como ese!!!!!!! =(
antes y ahora, eh?

me encanta tu blogg